
La película se divide en cinco actos que van surgiendo según los momentos del día y éstos, a su vez, se segmentan en bloques. Cada uno de estos episodios muestra un ritmo diferente, al igual que lo mostraría cualquier metrópolis según las horas a las que nos acercásemos a ella: el amanecer tranquilo donde sólo algunos comercios van abriendo sus cierres, la hora punta con frenética actividad, el trabajo, el medio día, la agradable tarde de cafés y terrazas y la noche cosmopolita
Se podría decir que la protagonista de la película no es otra que la ciudad de Berlín, pues el documental no se centra en ningún individuo concreto.
Históricamente también tiene un valor especial que quizá supera las aspiraciones de Ruttman. Nos encontramos en Alemania en la época de entreguerras, es decir, un momento de recuperación para un país que estaba sumido en las deudas y pagando por errores pasados y que muy pronto caería en una hecatombe aún mayor.- Crítica de Blog de Cine , realizada el 4 de Diciembre de 2009.
El Hombre de la Cámara : Dziga Vertov fue un director de cine vanguardista soviético, autor de obras experimentales. El hombre de la cámara muestra un día en la vida de un operador soviético, dedicado a filmar una ciudad soviética desde el amanecer hasta la noche. Se ha relacionado con una modalidad de documentales urbanos que tuvo éxito en la época, las "sinfonías de grandes ciudades", ejemplificadas por películas como Berlín, sinfonía de una gran ciudad (1927), de Walther Ruttman o Lluvia (1929) de Joris Ives. Lo que distingue a la obra de Vértov de las citadas es la voluntad de realizar un análisis marxista de las relaciones sociales mediante el montaje. Además, El hombre de la cámara pone el acento en el proceso de producción y consumo del cine (rodaje, montaje y contemplación).
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