Uno de los pocos asistentes a esa primera sesión de cine fue Georges Méliès, un director de teatro francés, que pronto comprende las posibilidades del nuevo invento y, allá por el año 1900, compra la máquina a los Lumière.
De esta forma puede llevar sus obras de teatro al cine y llegar a muchos más espectadores.
Se conocen sobre 15 cortos de las obras de Méliès pero su película más destacable y mítica, sin duda, es Viaje a la Luna
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