Su fama empieza a crecer hasta convertirse en el icono del cine; sus parodias cómicas y su pesonaje son conocidas en el mundo entero. Se hace millonario y funda, junto a Griffith la United Artists. Más tarde tendrá problemas políticos con el Comité de Actividades Antiamericanas y se exilia a Suiza.
De su obra cinematográfica hay quer destacar multitud de cortometrajes como El Inmigrante, Día de Paga o Armas al Hombro.
De sus películas largas son inigualables El Chico de 1920, Una Mujer de París de 1923, la genial La Quimera del Oro de 1925, siempre considerada entre las 10 mejores películas de todos los tiempos, El Circo de 1928, Luces de la Ciudad de 1931, Tiempos Modernos de 1936, gran película muda en época del sonoro. En esta película se despide del personaje de Charlot y tiene algunos momentos hablados.
Más tarde realiza EL Gran Dictador (1940) película mítica contra el nazismo. Es emocionante el discurso final. Después realiza Monsieur Verdoux (1947).
Antes de abandonar los Estados Unidos rodó su última gran película, Candilejas (1952), llena de referencias autobiográficas, sobre los actores y el teatro. ‘Es Candilejas su gran película final, la que logró la entera fusión en un solo gesto de la carcajada, y de la lágrima y la contiene, en la terrible imagen del camerino donde Chales Chaplin y Buster Keaton, lo príncipes de la comedia fundacional de Hollywood, se van despojando de los acicalamientos de sus caretas de cómicos geniales y quedan reducidos a máscaras trágicas’(Fernández-Santos 1997).
Chaplin fue excelente mimo, frustrado actor dramático según él mismo, un magnífico director, un músico aceptable, tocaba el violonchelo, compuso las músicas de la mayoría de sus películas y fue, sobre todo, uno de los grandes magos de la historia del cine.
Hace muchos años que el cine de Charlot no aparece en los medios pero yo he podido comprobar, por mi trabajo, que los niños de hoy lo conocen, conocen sus gestos y su estilo y eso ocurre, según creo, porque Charlot va en el ADN de la gente y se transmite, sin apenas conocerlo, de padres a hijos.
Charles Chaplin supo mezclar como nadie la industria con el arte, el cine de crítica social con la sensibilidad y ayudó, más que ningún otro a que el cine se extendiese, para siempre, por el mundo.
Los que nos consideramos amantes del cine nunca se lo agradeceremos bastante.
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